No paramos de bailar
Mambuco puso a bailar a la Escuela Granja. Cada vez que llegan con su música es imposible quedarse sentados. Volvió a suceder; nuestro aliado descargó todo su ritmo para hacer mover el cuerpo a mamás y papás de los niños y niñas con cáncer que se congregaron en la sala de uso múltiple de la Fundación. A ritmo de salsa, la diversión se extendió por varias horas. De esta manera, a través del baile, del ejercicio y del fortalecimiento de lazos entre todos, se brinda una herramienta esperanzadora a los hogares para que puedan enfrentar la enfermedad con una mayor ilusión de que es posible vencer.